Por Melina Bonato, Cientifica Animal, magíster y doctora en Ciencia Animal por la Universidade Estadual Paulista (Unesp) y gerente global de investigación y desarrollo (I&D) de ICC

La producción animal demanda, cada vez más, técnicas y prácticas que contribuyan a elevar la productividad de las propiedades rurales, integrando los conceptos de salud y bienestar animal. En este sentido, el concepto de “inmunonutrición” aparece como una forma de modular las respuestas del sistema inmune, mantener el equilibrio del microbiota intestinal y evitar procesos proinflamatorios, a través del suministro de nutrientes y/o aditivos, teniendo como objetivo la homeostasis del organismo bajo desafíos.

Una de las formas más eficaces de garantizar la salud y el bienestar de los animales que repercuten en el crecimiento y la producción es comprender los factores externos e internos que afectan a la salud intestinal y la respuesta inmunitaria. Se trata de una medida importante para prevenir y controlar los desafíos que afectan a la salud y el rendimiento de los animales.

Los aditivos a base de levadura, por ejemplo, pueden considerarse inmunonutrientes y utilizarse en programas de promoción del crecimiento “sin AGP” o con antibióticos reducidos para preparar mejor a los animales para afrontar los retos. En esta tecnología se ha centrado ICC, empresa líder en soluciones nutricionales naturales basadas en levaduras para la producción animal.

Los debates sobre los requisitos de cada mercado y de los consumidores en la producción animal avanzan y cambian rápidamente. En los últimos años, el concepto de inmunonutrición ha cobrado fuerza y ha sido un tema muy debatido en las diversas especies. Como el objetivo es preparar el rebaño para los desafíos diarios, esto genera impacto en el crecimiento y la producción. El concepto ha sido entendido y aplicado a la nutrición animal sólo recientemente, incluso con los conocimientos en alimentación, sanidad, manejo y ambiente muy avanzados y tecnificados.

Pero ¿qué son los inmunonutrientes? Esta categoría incluye algunos aminoácidos, nucleótidos, lípidos, vitaminas y oligoelementos. También hay sustancias inmunomoduladoras, que no se absorben como los nutrientes, pero tienen la capacidad de modificar la respuesta del sistema inmunitario (directa o indirectamente), la integridad intestinal, el microbiota y/o los procesos oxidativos, como los prebióticos, los probióticos, los fitoterápicos y los ácidos orgánicos, entre otros.

Es importante entender el papel del tracto gastrointestinal, que además de ser responsable de la digestión y absorción, es el órgano con mayor cantidad de células inmunes. Mantener su integridad evitará que patógenos y otros factores afecten a la capacidad de respuesta inmunitaria del animal y también al coste metabólico.

En conclusión, las sustancias que pueden influir en el microbiota, la permeabilidad intestinal y el sistema inmunitario (inmunonutrientes) están interconectadas con la salud, el bienestar y el crecimiento. Por tanto, conocer su modo de acción es fundamental para monitorizarlas correctamente, medir los beneficios esperados y cuantificar el rendimiento de la inversión.