Un estudio muestra la eficiencia de los productos a base de levadura en el control de esta amenaza para la nutrición de los animales. ¡Lea a continuación!

Recientemente fue publicado un importante estudio sobre productos a base de levaduras como aliados en la lucha contra las micotoxinas por la reconocida revista «Food Research Internacional«. El estudio «In vitro and in vivo capacity of yeast-based products to bind to aflatoxins B1 and M1 in media and foodstuffs: a systematic review and meta-analysis«, destacado en la publicación internacional, referencia en el sector, trae aún más credibilidad para esta comprobación sobre la eficacia del uso de levadura como adsorbente de micotoxinas. Entre los autores de la investigación están Liliana Borges, analista de I&D, Melina Bonato, gerente de I&D, y Ricardo Barbalho, gerente Comercial de Brasil, junto a los especialistas de la USP, Fernanda B. Campagnollo, Amin Mousavi Khaneghah, Yadolah Fakhri, Caio B. Barbalho, Carlos H. Corassin y Carlos A.F. Oliveira. El contenido original completo está disponible aquí: https://bit.ly/30ARbSH.

Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos para animales y humanos, producidos por algunas especies de hongos, principalmente Aspergillus, Penicillium, Fusarium y Alternaria, géneros con alta actividad tóxica y alta estabilidad. Todas las micotoxinas con diferentes grados de toxicidad son citotóxicas, resultando en la ruptura de membranas celulares y otras estructuras o interfiriendo en procesos vitales, como síntesis proteica de ARN o ADN, inmunosupresión, sistema nervioso y cuadros hemorrágicos. También ocasionan la disminución de la eficiencia productiva y reproductiva, deficiencias metabólicas y bioquímicas, gastroenteritis, enfermedades autoinmunes, deficiencias de vitaminas o minerales, alteraciones genéticas, teratogenicidad, carcinogenicidad e incluso el óbito en algunos casos.

Entre las principales micotoxinas están las aflatoxinas, que son metabolitos hepatotóxicos y cancerígenos producidos por las especies de Aspergillus, principalmente A. flavus, A. parasiticus y A. nomius. Normalmente son encontradas en granos y cereales como el maíz, el trigo y los manieses, utilizados en la alimentación animal.  Entre los 20 diferentes tipos de aflatoxinas citadas por la investigación están las aflatoxinas B1 (AFB1), consideradas el compuesto natural más tóxico identificado hasta el momento, siendo incluso un potencial causante de cáncer en humanos. Además de la aflatoxina B1, destacamos la alerta para la presencia de aflatoxina M1 (AFM1), que también conserva varias propiedades tóxicas del compuesto original, incluyendo el efecto hepatocancerígeno.

Si bien las buenas prácticas agrícolas y el almacenamiento adecuado de granos y productos terminados son consideradas las mejores estrategias para prevenir la aflatoxina, fueron propuestos varios métodos para reducir el problema de la contaminación por micotoxinas, incluyendo los tratamientos físicos, químicos o biológicos para la eliminación, inactivación o reducción de su biodisponibilidad. Entre los enfoques biológicos está el uso de cepas de levadura capaces de adsorber aflatoxinas, ofreciendo una alternativa para reducir la biodisponibilidad de la toxina en el cuerpo.

Levaduras contra micotoxinas

Entre las cepas de levaduras más investigadas destacamos la Saccharomyces cerevisiae en sus diversas formas de utilización. La inclusión de levaduras en las dietas contaminadas reduce la absorción de aflatoxinas durante su paso por el tracto gastrointestinal, con la eliminación de tales organismos en las heces. Siendo así, la publicación defiende el uso de S. cerevisiae en ingredientes básicos y suplementos alimenticios usados normalmente en la nutrición animal, ya que su inclusión presenta resultados satisfactorios en la adición a las dietas.

Los efectos observados de las levaduras están relacionados a los componentes de su pared celular, los manano oligosacáridos (MOS) y los β-glucanos. Sus beneficios incluyen la modulación de la microbiota y la mejora de la integridad intestinal, el estímulo del sistema inmune y la adsorción de micotoxinas. Como agentes adsorbentes, las levaduras, por contener β-glucanos en la composición de la pared celular, son capaces de unirse a las micotoxinas, impidiendo la contaminación de los demás órganos por medio de la eliminación vía excreción. De esta forma, los efectos beneficiosos confirman los beneficios del uso de productos a base de levaduras en dietas y presentan perspectivas interesantes, buscando reducir la contaminación de los animales de producción y la exposición humana a las micotoxinas.

 

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